—¡Fafnir en realidad usó una técnica de batalla! —el público exclamó.
—¡Qué aburrido! —Leylin se deslizó más allá del ataque del oponente, mientras su espada de madera perforó hacia adelante.
—Técnica de batalla: ¡Ataque! —una fuerza inmensa golpeó a Fafnir, haciendo que su enorme cuerpo volara como una bolsa de arena. Sin embargo, el ataque de Leylin no había terminado todavía. Él pareció convertirse en una ráfaga de viento, pegándose al hombre corpulento que estaba en el aire.
¡Crac! ¡Crash!
Se escucharon sonidos aterradores de huesos destrozados. Cuando Fafnir cayó, sus brazos y piernas estaban torcidos en ángulos extraños, e incluso se desmayó.
—¿Cómo es? ¿Pasé? —Leylin miró al juez, quien parecía aturdido.
—Oh. ¡Anuncio que Ley ha pasado esta prueba! —dijo finalmente, como si se hubiera despertado de un sueño. La multitud circundante comenzó a hacer un alboroto.