—Debes partir de inmediato hacia el archipiélago Báltico y buscar a alguien por mí—Leylin no pudo evitar llamar la atención de Karen al ver la expresión desconcertada en su rostro.
—¿A quién?
Karen estaba sorprendida. ¿Acaso el maestro había hecho otros preparativos allí? ¿Eso significaba que había perdido su confianza en ella? Al pensar en las consecuencias de ser abandonada, Karen involuntariamente comenzó a temblar.
Aquella situación hizo que Leylin sintiera ganas de reír en el interior.
—Ve y busca al Vizconde Tim y dile la verdad sobre quién eres. Además, ¡dile que deseo formar una alianza con él y ayudarlo a convertirse en marqués! —Leylin rio con frialdad, como si fuera el diablo.
—¿El Vizconde Tim?
