—¿Y el otro regalo? —Leylin miró a la atractiva dama zorro que estaba frente a él. Había un destello de expectativa en su rostro, como del vecino pequeño de al lado.
Tal actitud hizo que Madame Tillen se sonrojara instantáneamente, y su corazón casi no pudo resistirlo.
—Aunque sé perfectamente que sólo estás actuando, todavía estoy casi cautivada por ti...
Tillen balanceó sus caderas. Su cola de zorro rojo ardiente se desplazaba suavemente con el viento.
—El segundo es un informe de inteligencia. Se trata de la Iglesia del Dios del Asesinato.
La expresión de Leylin se volvió solemne, mientras escuchaba atentamente.
…
Después de varios días, el Tigre Escarlata había sido reparado en el muelle de La Caleta de los Piratas. La bandera rojo sangre, con el motivo del cráneo y la daga, ondeaban en el viento.
