—Mi fuerza espiritual ha llegado a otro obstáculo. Quizá sea capaz de ascender luego de esta batalla.
Aún no había pasado un mes desde que Leylin había ascendido al rango 7 como Brujo.
Ese ritmo de avance aterrador era algo que ni siquiera un genio promedio podría igualar. Su velocidad era absolutamente monstruosa.
Lógicamente, el rápido avance de Leylin se debía al trabajo de la Daga de Sangre Diabólica y, más aún, a su sólida base. Fue gracias a ella que pudo controlar el aumento explosivo de su fuerza vital y sus estadísticas. En su situación, Isabel ya se habría vuelto loca o se habría convertido en un demonio.
—¡Hay una flota delante! —gritó de repente el pirata en la cofa—. Veo la bandera de los Piratas Tritón, ¡es su acorazado!
Leylin no se sintió particularmente alarmado por esa noticia. Ese tipo de ataque furtivo no podría tener éxito una vez tras otra.