Un gran brujo no podía ascender sin el apoyo de una potencia extremadamente influyente. Obtener un éxito así sólo era un sueño imposible. Si intentaba aumentar su poder y sus riquezas a través de métodos deshonestos, obviamente provocaría a muchas personas.
En comparación, los Faulen sólo se habían topado con un inconveniente menor. Aunque Leylin se separara de su familia, igualmente se toparía con el mismo problema cuando tratara de volverse famoso.
No era necesario aclarar que su identidad como miembro de la nobleza era bastante decente. Al menos le permitía viajar sin problemas a cualquier lugar donde se reuniera la civilización, por lo que no podía abandonar eso.
Con la velocidad con la que aumentaba su fuerza, los Faulen algún día no iban a poder cumplir con sus exigencias, por lo que debía expandir los intereses de la familia.