—¡El sólo observar un hermoso paisaje también es una forma de disfrutar!
Los ojos de Leylin tenían una mirada diferente.
Anteriormente, lo había afectado la Maldición Todaserpiente y no había tenido más opción que luchar contra los cielos. Se había arriesgado al entrar al Mundo Purgatorio, había bailado en el filo de una espada sin tiempo para hacer algo tan mundano como disfrutar el paisaje.
Sin embargo, ahora, después de deshacerse completamente de la maldición en su linaje, su cuerpo de leyes, cercano al rango 7, le duraría más de cien mil años.
Con todo ese tiempo más, finalmente tenía tiempo de respirar y liberarse de su agenda tan ajustada. Esa era la razón por la que se había esforzado tanto al lidiar con ese trato bilateral.