La gigantesca Ballena de Hierro de Espalda Espinosa rugió y no volvió a arremeter contra el barco. Su enorme cuerpo continuó girando en el lugar hasta que finalmente comenzó a retorcerse.
Los tritones en la cubierta, e incluso Geiger y Geiger Dole, estaban completamente anonadados mientras observaban lo que ocurría.
¿Aquella terrible criatura de las profundidades del mar que casi había destruido toda su flota se había marchado así como así luego de un ataque del Señor Ley? ¡Ni siquiera podían comprender qué método había usado! Por un momento, miraron a Leylin con reverencia, pero fue como si él no lo notara en lo absoluto. Sus ojos aún miraban fijamente a la Ballena de Hierro de Espalda Espinosa que continuaba forcejeando.
Luego de un tiempo corto, la lucha de la ballena se volvió menos y menos intensa, hasta que finalmente se quedó totalmente quieta. Aparecieron nubes de humo negro de la herida que le había provocado el arpón.
¡Wush!