—El Señor Leylin es extremadamente erudito —lo elogió Nonov—. Desde que las runas aparecieron el sello se ha estado levantando lentamente. No importa qué método pensemos, no hemos podido detener este proceso...
—Y han venido a mi como el último recurso.
Leylin resopló e hizo que Nonov y Anye sintieran un sudor frío, pero no se preocupó por ellos, sino que se frotó el mentón y comenzó a reflexionar profundamente.
Aunque el mundo subterráneo era rico en recursos, con la violenta invasión de los Magos antiguos, muchas de las tribus no tenían una buena impresión de los humanos. A pesar de que habían permanecido humanos allí, luego de tantos años, ¿se unirían a los humanos o al mundo subterráneo? La última posibilidad era más probable.
El mundo subterráneo era vasto e infinito y no escaseaban los poderosos Lucero del Alba ni siquiera en la primera capa. Incluso debía haber seres de rango 5 allí.