En ese momento, el joven Mago que había colapsado en el suelo, gritó de inmediato: —¡Señor Ancestro, no puede dejarlo escapar tan fácilmente! ¡Atacó a nuestra familia Farlier e inclusive causó indirectamente la muerte del abuelo Damien!
—¡¿Oh?! —Leylin frunció el entrecejo. Ardieron llamas negras, al tiempo en que se movió instantáneamente al lado del joven. Con sólo un escaneo, comprendió el cuerpo del joven como la palma de su propia mano—¿La Secta de Asesinos de Espíritus te hizo esa herida en tu pecho?
—Sí. Me goleó el ataque de una plaga del alma de los discípulos de la secta, ¡y también me envenenó una araña de la malaria! —el joven parecía derrotado, pero luego apareció un rubor emocionado en su rostro.
—Un pequeño problema —el dedo de Leylin se movió, y las vendas alrededor del pecho del joven se cayeron automáticamente, para revelar músculos retorcidos y heridas horrendas.