Tenía que decirlo, con su linaje fortalecido, su encanto también había alcanzado un nuevo pico. El actual él podía encantar inclusive a fantasmas y a humanos de cualquier edad. Incluso la cara de Darlie se sonrojó, y bajó la cabeza.
Con esta vista, Leylin no pudo evitar sentirse un poco bien consigo mismo. Le sonrió a Darlie.
Desafortunadamente, la acción engañó a la Maga que estaba frente a él.
—¡Oh Dios mío!
—¡Me sonrió!
—¡No! ¡Fue a mi!
La frustración coloreó sus rostros, mientras luchaban por este asunto.
¡Es tan bueno ser joven! Leylin negó con la cabeza, saliendo de la aeronave después de que se detuvo.
El señor de allí debe ser un Mago con una rica historia. Darlie observó cómo Leylin se alejaba, con curiosidad ardiendo en sus ojos.
