Los de las tribus marinas no eran humanos. Nacidos del océano como eran, sus cuerpos eran como una manifestación de las leyes de la naturaleza.
Aquellos de la tribu marina vistos en el continente eran similares a los humanos, y tenían a lo sumo unas cuantas escamas en sus cuerpos. Sin embargo, esa era sólo la forma que usaban específicamente para comunicarse con los humanos. Este monstruo que había aparecido frente a Leylin tenía más de mil metros de altura y era la verdadera forma de la tribu marina.
Después de que reveló su verdadera forma, las ondulaciones del cuerpo de Siebel se desataron violentamente, inspirando mucho más terror que antes.
Leylin, sin embargo, reveló una sonrisa de entusiasmo. ¡Chip de I.A., comienza a calcular la trayectoria de los rayos de luz que buscan un blanco!
Un sinfín de luces azules brillaron en los ojos de Leylin, y la mayor parte del poder del Chip de I.A. se avocó a esta tarea.