Leylin miraba el comportamiento de esos Hechiceros y permanecía indiferente a todo.
De hecho, para él era muy claro que las fuerzas ocultas usaban a las organizaciones pequeñas como la División de la Venganza como chivos expiatorios.
Si Gilbert y los demás aparecían, simplemente les lanzarían esos chivos expiatorios para que sufrieran su ira, sin importarles su vida o muerte.
E incluso si esas organizaciones pequeñas tenían éxito, no terminarían con muchos recursos. Lo único que podían hacer era darles la mayoría de sus recursos a quienes los respaldaban. Por esa razón, aquellas fuerzas podían obtener los beneficios sin tener que ensuciarse las manos. Sin dudas era un buen trato.