—En resumen, el Pantano Fosforescente será el lugar más seguro ahora, pero el más peligroso luego... —Leylin sonrió de mala gana y dijo: —Es sólo que... ¿tengo otra opción?
Para ese momento, estaba seguro de que el Rey de la Montaña Celeste estaba pisándole los talones. Temía que, una vez que se marchara del Clan Uróboros, no podría vivir un solo día más.
A diferencia de su clon de rango 3, ¡el Rey de la Montaña Celeste era un reconocido Mago Lucero del Alba! La disparidad en poder era demasiado grande como para usar cualquier estrategia.
Por lo tanto, no le quedó más opción que arriesgarse. Afortunadamente, ya había exterminado al clon de su rival, ¡lo que le había permitido ganar algo de tiempo a él y al Clan Uróboros!