El Mago de rango 2 aceptó deferencialmente la orden y se fue, y minutos más tarde, una matriarca elfa oscura de rango 2, con ropa ceñida, entró.
Su rostro era extremadamente delicado, su piel pálida y exquisita. Evidentemente, era una belleza difícil de encontrar, aunque ahora su expresión demostraba temor.
—¡Alicia! ¡Como era de esperarse, eres tú! —se rio Leylin.
De todos los elfos oscuros, fue precisamente esta matriarca contra la que había estado luchando durante unos diez años en la ciudad Dolon, y de alguna manera podían considerarse conocidos.
—¡Alicia saluda al señor Guardián del Reino! —la matriarca elfa oscura Alicia se mordió los labios y luego se arrodilló y se inclinó respetuosamente, tocando su cabeza con el suelo frío.