Mientras tanto, un cristal mágico fue lanzado sobre la mesa.
Leylin conservó el Aliento del Escorpión Helado de Jade en la palma de la mano sin ninguna intención de devolverlo.
—¿Es sólo un experimento? —preguntó la Maga de cabello morado con una sonrisa. El cristal mágico sobre la mesa voló hasta sus manos y dejó una postimagen parpadeante negra detrás de sí.
Leylin apenas miró a la Maga con una mirada vacía, como si lo que hubiera dicho fuera la verdad.
—¡Muy bien, entonces! —La Maga levantó elegantemente un dedo, cuya uña había sido pintada con la savia roja de un narciso, y se quedó con el cristal mágico—. ¡Soy Celine! Puedes contactarme en el futuro para más información relacionada con el Escorpión Helado de Jade. ¡Esta es mi huella secreta!
Entonces le dio a Leylin su huella secreta, que se veía como un narciso morado.