—¡Sí! —Jenny asintió—¡El Capullo de Sangre de Dragón perecerá pronto, y mi padre no podrá aguantar mucho más su enfermedad!
—¡Bien entonces! ¡Te deseo un buen viaje de regreso a tu casa! —Baelin sonrió con reticencia.
—¡Gracias! —Jenny no habló más.
—¡Está bien! La capital del este es donde está la familia Argus. ¡Haré una visita en el futuro! —Leylin tomó un sorbo de té y estiró su mano derecha, gesticulando como un caballero.
—Si el señor puede venir, ¡entonces sería lo más feliz que le suceda a Jenny! —Jenny sonrió—¿Qué hay de volver a casa conmigo? ¡Mi padre definitivamente estaría emocionado de conocerte! —miró a Baelin—¡Por supuesto, el hermano mayor Baelin, también puede venir!
Al oír esto, Baelin se puso nervioso y miró ansiosamente a Leylin.
—¡Mis disculpas! ¡No tengo deseos de viajar ahora mismo! —Leylin declinó sin dudar, una vez más haciendo que Baelin mirara hacia abajo con consternación.