Sin embargo, ya era demasiado tarde.
Con una sonrisa astuta en su rostro, Alistair de repente se transformó.
Su cuerpo se cubrió de músculos abultados y un pelaje grueso y espeso característico de los lobos. Le salieron colmillos e incluso había pelaje en su rostro. ¡Hasta sus orejas se habían convertido en las de un lobo!
Se lanzó hacia adelante y, en ese momento, ¡se convirtió en un hombre lobo!
¡Pum!
Las garras afiladas del lobo se movieron en el aire e hicieron pedazos la cabeza de un Mago de rango 2. Jugos cerebrales rojos y blancos se derramaron por todo el suelo.
El gran hombre lobo no se detuvo y sacó un frasco de líquido verde del cadáver. Sus ojos reflejaban locura y euforia y estaba preparado para saltar y abandonar el lugar.
—¡Alistair!
En ese momento, el anunciante, que se había hecho a un lado, de repente se adelantó.
