La hoja roja de la espada chocó contra las cadenas verdes, causando una intensa ola de fuerza.
¡Crac! ¡Crac!
La larga hoja roja de la espada se rompió en pedazos, y una parte de la armadura de cota de malla en el pecho de Ciel se rompió. Varios anillos verdes se habían cortado por la mitad y se habían caído al suelo.
—Tú... ¡No eres un Mago normal que acaba de avanzar!
Ciel se retiró, su expresión mostraba arrepentimiento.
Leylin se mostró indiferente cuando lo atacó.
—Espera... ¡Espera un minuto! ¡Podemos discutir esto! Todavía tengo muchos... ¡Argh!
Aunque Ciel quería decir más, Leylin no le dio la oportunidad de hacerlo.
Persiguió a Ciel y atacó de vuelta, escamas negras cubrieron su puño cerrado y emitieron un lustre negro brillante.
¡El primer golpe! El pecho de Ciel se hundió e innumerables anillos de hierro verdes se rompieron en pedazos.