Leylin miró el inmenso número de flores negras en la distancia mientras calculaba su progreso.
Mientras se cosecharan todas estas Flores Negras de Mandara, el Cuartel General no tendría ninguna razón para evitar que él y los demás se vayan.
Todos los discípulos que Leylin había conocido previamente, se encontraban ahora en el mar de flores, llevando recipientes simples hechos de enredaderas verdes. Sus manos estaban cubiertas con anillos de partículas de energía oscura, mientras que arrancaban las Flores Negras de Mandara con gran cuidado.
—¡Este progreso va demasiado lento!
A esta velocidad de cosecha, Leylin estimó que tomaría al menos otro mes más antes de que este campo de flores fuera completamente cosechado.
Los Magos oscuros contrarios jamás les darían tanto tiempo.
—¡Debo encontrar una manera de acelerar el proceso!