Frente a Leylin y el resto del equipo de exploración.
Un pasaje hecho de metal negro azabache se había abierto a tres vías, cada una conduciendo a una dirección diferente.
En cada una de las entradas, no había ninguna señal obvia, lo que provocó que una oleada de presentimientos pasara por los cuatro.
—Como es un laboratorio, ¿cómo no puede haber una señal para ello? —Anillo de Bronce tomó la iniciativa y preguntó.
—¡Podría haber uno que haya sido destruido por alguien, o los Magos de aquí tenían otro método de comunicación que desconocemos!
La vieja bruja lanzó una mirada a Anillo de Bronce.
—¿Qué pasa? Hemos llegado hasta aquí, ¿estás pensando en retirarte de nuestro trato?
—¡Por supuesto que no! —Anillo de Bronce negó con la cabeza como si fuera la cosa más obvia que hacer.