Sin importar lo que decía la leyenda, debido a las dobles influencias de la topografía y la radiación mágica, el Gran Cañón Margaret sufría de extrañas condiciones geográficas y un clima natural en constante cambio.
En el Gran Cañón Margaret, se podían ver varios terrenos como pastizales, montañas, bosques, pantanos y desiertos.
Además, en un momento, podía haber lluvia y, al siguiente, una tormenta aterradora.
En cuanto a las enormes tormentas de arena intermitentes, eran una calamidad de las que hasta los Magos Oficiales tenían que escapar. Por fortuna, las tormentas de arena a gran escala tenían sus tiempos específicos, por lo que ese camino no estaba completamente fuera de discusión.
Avanzar a través de ese medioambiente era una prueba severa para el cuerpo físico y la Fuerza espiritual de un Mago.