Se encontraban en un campamento casi en ruinas.
En medio del campamento, había una carpa hecha de cuero de vaca que se veía resistente.
Junto a ella, había un pequeño fuego con brillantes llamas amarillas que rozaban continuamente una olla de metal que colgaba sobre ellas.
En esa olla, había un caldo hirviendo que contenía algunos hongos y carne seca.
Alrededor del fuego, había muchas ramas que se usaban para asar varios pescados pequeños. También había un poco de carne asada, que burbujeaba y goteaba grasa de color amarillo dorado continuamente. Mientras tanto, el aroma de la carne caliente impregnaba el aire.
La jovencita rubia se sentó a un lado, miraba la comida caliente y tragaba su saliva sin darse cuenta.
Luego, giró la cabeza para mirar hacia un lado.
Allí, sobre el césped, un apuesto hombre de cabello negro estaba sentado con las piernas cruzadas sobre tela arpillera blanca mientras meditaba.