Varios años pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Muchos eventos sucedieron, el más deslumbrante de ellos fue la batalla entre los humanos y los orcos en el norte.
Habiendo sufrido la derrota en la guerra divina, los orcos se retiraron, entre varias batallas perdidas. Finalmente, fueron empujados de vuelta a la Vieja Luna Plateada, hasta con un líder natural como Saladin, incapaz de revertir la situación.
La Vieja Luna Plateada sólo había sobrevivido al asalto con sus poderosas fortificaciones, ayudadas por el Martillo del Dios del Trueno. Saladin finalmente logró repeler a Elminster y a Alustriel, causando graves bajas a la Alianza Luna Plateada, y obligándolos a retirarse para consolidar su fuerza una vez más.