Con su naturaleza calculadora, un dios no abandonaría fácilmente su Reino Divino una vez que éste fuera creado. El reino funcionaba como la mejor defensa para sus verdaderos cuerpos. Incluso si las personificaciones que enviaban fueran asesinadas, ellos lo compensarían con el tiempo, pero la muerte de sus cuerpos principales sería una verdadera muerte.
Naturalmente, Leylin también se había enterado de este método, colocando su verdadero cuerpo en su Reino Divino, al comenzar la tarea interminable de desarrollarlo y a sus recursos.
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El alboroto sobre la ascensión de Leylin se apagó después de un tiempo, pero todavía había algo de turbulencia en la oscuridad. El Papa Tiff de la Iglesia de la Serpiente Gigante se infiltró en el plano material primordial con un grupo de sacerdotes de élite, comenzando a dar a conocer los hechos de Leylin.