Se había movido a un gran número de guardias para vigilar la ceremonia, pero un guardia descuidado había permitido que el cazador de diablos se escabullera fácilmente. Cuando vio los sacrificios en el altar, apareció una mirada perturbada en sus ojos.
—¿Un sacrificio de sangre? Pobres fieles. Sólo nuestro Señor nos valora realmente, aunque cometamos errores, él nos guía amablemente... —una sensación de superioridad ocupó la mente del cazador cuando se comparó con esas personas. Al comparar aquel sacrificio con los métodos de la Iglesia de la Serpiente Gigante, su devoción en realidad aumentó un poco. Su número de fe habría aumentado algunos puntos si algo así existiera.
¡Wuuuuu!
La ceremonia sacrificial alcanzó su punto máximo en ese momento y el centro del altar estaba inundado de sangre. Una silueta indistinta salió de la sangre hirviente. Tenía cabeza humana, pero cuerpo de león.