Autoridad o rango en los Nueve Infiernos, en francas palabras, era el derecho a la fuerza de origen de Baator. Como tal, era de suma importancia y se convirtió en la base de la jerarquía de los diablos.
Los ocho Archidiablos dividieron la mayor parte de esta autoridad entre ellos. Tenían un control estricto sobre los diablos que estaban bajo su mando, y hasta podían decidir qué diablos subirían o caerían de rango. Debido a esto, sin la aprobación de sus subordinados directos, era imposible que los diablos de bajo rango avanzaran.
Los señores de cada infierno tenían sus propios subordinados individuales, y poseían un derecho absoluto sobre sus vidas. Esto era evidente por cómo Leylin podía hacer lo que deseaba en el plano material primordial, utilizando los recuerdos de Belcebú. Se había ocupado fácilmente de la Iglesia de la Gula.