La única salvación de los nativos de la isla Debanks era el Bastión de la Esperanza y el bautismo en su dios. Sólo donde brillaba la luz del Dios de la Serpiente Alada, podía evitarse la plaga. Incluso podrían seguir viviendo sanamente, sin temor a vomitar sangre repentinamente, ni terminar muertos al borde del camino.
Al exponer Tiff a estos sospechosos de sus crímenes, esto provocó inmediatamente indignación pública. Las masas abuchearon y gritaron, y si no fuera por las tropas de guardianes de la paz que estaban en espera, hace rato que estos convictos habrían sido despedazados.
Estos desafortunados sospechosos fueron declarados culpables. No sólo difundieron rumores y buscaron información sobre los antecedentes de Leylin, sino que incluso buscaron los orígenes del agua bendita, una misión extremadamente importante. Todos y cada uno de estos actos fueron intentos de manchar la reputación de la iglesia.