Desde muy lejos en la distancia, la Isla Sagrada de la Iglesia Radiante parecía muy tranquila. Un grupo de sombras estaban volando hacia ella a gran velocidad desde el horizonte.
—Deténganse.
La voz de Linley resonó en la mente de todos, y al instante, todos los expertos se detuvieron a una distancia de unos pocos kilómetros de la Isla Sagrada. Los enormes cuerpos draconianos del Wyrm Tirano, el Lagarto de Trueno y el Dragón Dorado se balanceaban ligeramente en el aire.
Los tres líderes, Linley, Tulily y Desri, miraron hacia abajo a la isla lejana.
—Esa es la Isla Sagrada. No me equivoco.
Tulily asintió.
El grupo de Linley podía sentir esa enorme aura de tipo luz. Se sentía igual que en la Ciudad de Fenlai en el pasado.
—En primer lugar, Delia y yo iremos a darles un regalo de saludo.
Después de haber suprimido su odio durante tanto tiempo, el corazón de Linley ahora estaba lleno de rabia.
—¿Regalo de saludo?
