La mansión del Conde Wharton estaba muy tranquila. Zassler estaba en su habitación entrenando, mientras que Barker, sus hermanos, y Wharton estaban todos entrenando en el amplio patio de entrenamiento en la parte posterior de la casa. Rebecca, Leena y Jenne estaban charlando con la Séptima Princesa, Nina.
—Whew.
Después de terminar su entrenamiento, Wharton se dio una ducha y se puso un conjunto de ropa limpia. Satisfecho y contento, Wharton entró en su mansión. Nunca se había sentido tan feliz como lo hacía actualmente.
Estaba junto a su hermano mayor, y a punto de casarse con Nina. El abuelo Hiri y Hillman también estaban disfrutando de las cómodas y tranquilas vidas de los nobles.
—Padre. Madre. Si los dos todavía estuviesen vivos, sin duda estarían muy felices.
Wharton se sintió muy satisfecho, mientras que, al mismo tiempo, se sintió muy agradecido con su hermano mayor, Linley, quién había logrado todo eso.
Linley era el pilar del clan.
