Los ojos de Hogg estaban húmedos. Su cuerpo temblaba por la emoción a medida que miraba cuidadosamente a ese joven con una sensación familiar.
Miró esas cejas… esos ojos… esa nariz…
Al mismo tiempo, los comparó con los recuerdos que tenía de Linley de joven.
—Linley, realmente…. ¿realmente eres tú?
La voz de Hogg estaba ronca, y sus ojos estaban rojos.
—Soy yo, Padre. ¡Realmente soy yo! —impacientemente quiso demostrar que era él—. Padre, ¿recuerdas cómo, cuando estábamos en nuestro salón ancestral, me pediste que presentase mis respetos a los ancestros de nuestro clan? ¿Aún recuerdas como probaste la Sangre de Dragón en mis venas? Y te había dicho que tenía tres buenos amigos en el Instituto. ¡Dos de ellos están aquí!
Linley inmediatamente señaló hacia el cercano Yale.
—Mira, él es Yale, del Conglomerado Dawson. Y allí; ¡ese es George del Imperio Yulan!