Los expertos dentro de la forma de vida metálica estaban con el ceño fruncido. Se sentían molestos por la llegada de un Dios que les rogaba ayuda. ¿Cómo podrían molestarse en prestar atención a figuras menores como esa?
—¡Sálvenme! —dijo frenéticamente, pero su mirada perforó a través de la forma de vida metálica, viendo a la gente dentro claramente.
—Si te quedas aquí, te mataremos —gritó uno de los Demonios de Seis Estrellas con enojo.
—Jaja, bribón, no serás capaz de escapar.
El grupo de bandidos también voló hacia ahí. Sólo, que no se atrevieron a perturbar la forma de vida metálica, por temor a que los expertos dentro descargasen su ira sobre ellos.
—Vámonos. Dejen de prestarles atención —dijo el capitán calvo con calma.
*¡BANG!*