¡Confrontado con el ataque de Elquin, Learmonth naturalmente decidió huir por su vida!
—Jaja, ¿quieres huir?
Cientos de Dopplegangers llenaron el área, y la risa sonora de Elquin pareció provenir de las bocas de cada sombra. De repente, una enorme sombra serpenteante azotó a Learmonth, quien con una mirada feroz golpeó una vez más.
¡La misma técnica!
¡Explosión de Estrellas!
La sombra del látigo rojo sangre se abrió paso por el aire hacia la espada larga.
*¡BOOM!*
La mano derecha de Elquin tembló, y su cuerpo no pudo evitar ser empujado hacia atrás, mientras que Learmonth mismo era mandado a volar antes de obligarse a detenerse en el aire una vez más. Su rostro estaba pálido y gruñó: —¡Elquin, no vayas demasiado lejos!
Learmonth se había dado cuenta de que en términos de velocidad era inferior a Elquin. No había forma de huir.
El rostro de Elquin era siniestro y él sonrió.
