En el salón principal del primer piso del Castillo Demonio, se reunieron bastantes personas, entre las que se encontraba el equipo de Linley.
—¡Señorita Yuna!
Bebe estaba de pie frente al mostrador, riendo mientras saludaba a esa empleada, Yuna.
Ella miró hacia Bebe con algo de sorpresa y placer, así como hacia Linley y Delia que estaban detrás de él.
—Linley, justo estaba suspirando acerca de cuán pocas personas sobrevivieron en su grupo. No esperaba que los tres sobreviviesen y regresasen. Felicitaciones, de verdad.
Siempre que Linley pensaba en lo que había sucedido fuera de Ciudad Ala Real, todavía sentía una sensación de miedo.
Cuando se había enfrentado a Wyrnessin, Linley descubrió que no tenía ninguna capacidad para resistirse en absoluto. Su diferencia de poder era simplemente demasiado grande.