En el tercer piso de la Necrópolis de los Dioses, todos los Santos se movían con la máxima cautela, sin atreverse a hacer un solo ruido por temor a despertar a la dormida y aterradora criatura... la Serpiente Ba. En todo el tercer piso, el único sonido eran los ronquidos suaves y tranquilos de la dormida Serpiente Ba.
*Whoosh. Hiss. Whoosh. Hiss*
Con cada respiración que la Serpiente Ba daba, piezas dispersas de hielo en las inmediaciones eran atraídas dentro de su boca. Cada vez que exhalaba, el gas negro fluía.
—Afortunadamente, no hay otras criaturas en este tercer piso además de la Serpiente Ba.
Linley lanzó una mirada a la lejana Serpiente Ba.