*Whoooosh*
El viento desolado y frío soplaba a través del mundo, trayendo innumerables copos de nieve a cubrirlo.
Delia, vestida con una túnica blanca de pelaje, estaba de pie en silencio frente a una ventana, mirando el mundo exterior. Detrás de ella estaban dos bestias mágicas. Una era el Oso del Mundo, Hatton. El otro era el Halcón Tormenta Trueno Salvaje, Parry. Ninguna de las dos bestias hizo sonido.
Un suspiro escapó de los labios de Delia.
—Padre, madre...
Una sonrisa amarga yacía en su rostro. Ella realmente no esperaba que sus padres la engañaran. Le habían dicho que su abuela estaba gravemente enferma, pero después de que ella corrió a casa volando sobre la parte posterior del Halcón Tormenta Trueno Salvaje, ella había descubierto que su abuela estaba bastante saludable.
Esa primera noche de vuelta...
Delia había preguntado airadamente a sus padres: —Padre, madre, ¿por qué ustedes dos me mintieron para traerme a casa?