Teniendo la espada pesada de adamantio sobre su espalda, Linley hizo su camino rápidamente a través de las calles. Sin embargo, solo por su apariencia, nadie podía decir cuan pesada era, así que Linley no atrajo mucha atención.
—Clayde finalmente vino. ¡He esperado tanto! —Linley suprimió la emoción que sentía—. Calma. Esta vez, no importa qué, no puedo cometer ningún error.
La primera vez, él había pensado que tenía más del 90% de probabilidades de éxito, pero inesperadamente, esa Guardia del Destino de nivel Santo había aparecido de la nada y causó que el plan de Linley fallase. Esta vez, Linley no quería cometer ningún error.
—Linley —la voz ligeramente ronca de Doehring Cowart se escuchó—. Recuerda, anteriormente estuviste junto con Shaq y sus hombres por un periodo de tiempo. Con el regreso de Clayde, Shaq podría reportarle ese hecho.
—Entiendo.