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Chapter 15 - Capítulo 15 – Batalla en el Cielo (Parte 2)

Los Dragones Negros estaban clasificados entre las bestias mágicas más poderosas en el mundo. La raza Dragón Negro por lo general eran al menos bestias mágicas de noveno rango. Los miembros más poderosos de esa raza incluso podían llegar al nivel Santo. Pero independientemente de si era un Dragón Negro de noveno rango o de nivel Santo, indudablemente sería incomparablemente más poderoso que el Velocidragón.

En el presente, el grupo de niños y los tres instructores estaban a muchos cientos de metros del Dragón Negro. Ver a un Dragón Negro de cien metros de largo desde tal distancia era una experiencia aterrorizante, la cual simplemente no podía ser explicada en palabras.

¿La cosa más terrorífica de todas?

En la cima de la cabeza del Dragón Negro, un hombre de túnica gris yacía de pie, con una actitud arrogante. El viento aullaba sobre él, pero a pesar de que su túnica gris flotaba un poco, él era capaz de mantenerse en una postura recta, tanto que parecía una escultura tallada. Su mirada estaba concentrada en un hombre de mediana edad, un hombre de túnica verde que flotaba en el medio del aire en frente de él. El hombre de túnica verde tenía una espada en su espalda.

El hombre de túnica gris montado en el Dragón Negro y el hombre de túnica verde que sostenía una espada estaban mirándose entre sí.

¡Flotando en el cielo!

Además de los magos de elemento viento que eran capaces de usar el hechizo de séptimo rango, 'Técnica de Vuelo', solo las personas de nivel Santo eran capaces de estar de pie sobre el cielo. La espada que ese hombre de mediana edad de túnica verde llevaba en su espalda daba testamente de su verdadero estatus.

Guerrero. Un guerrero de nivel Santo.

—¿El hombre de gris quién fue capaz de subyugar a un Dragón Negro? ¿Y un guerrero de nivel Santo que puede volar?

Linley, de ocho años, estaba conmocionado, incluso después de haber sido testigo de la asombrosa batalla del día anterior. No solo él; incluso Hillman, un guerrero de sexto rango estaba totalmente atónito.

—Combatientes de nivel Santo, esos son combatientes de nivel Santo —Hillman murmuraba, mientras su cuerpo estaba temblando.

Hillman, era un hombre que había sido probado en muchas pruebas de sangre y muerte, fue el primero en recobrarse y aclarar su mente. Pero incluso después de recuperarse, aún sentía como que estaba soñando. 

—Ayer, un mago de doble elemento de octavo rango vino. Hoy, hay algo incluso más sorprendente; ¡dos combatientes de nivel Santo y un dragón negro! En toda mi vida, nunca he visto algo tan asombroso.

Hillman se sintió ligeramente mareado.

Los Dragones Negros estaban entre las bestias mágicas más poderosas, al menos en noveno rango en poder. Alguien que era capaz de subyugar a uno era casi un combatiente de nivel Santo. Y por lo que veía, la persona que lo estaba enfrentando era también un combatiente de nivel Santo.

Esa era prueba más que suficiente de que el hombre de túnica gris era un combatiente de nivel Santo también.

Hillman y los otros estaban a cientos de metros de distancia del Dragón Negro. No importaba cuan agudos fueses sus oídos, no había forma de que pudiesen escuchar el intercambio de palabras de ambas partes.

Sin saber lo que decían, ellos solo vieron, hasta que repentinamente…

—Roaaaaaaaaaar.

Repentinamente, el enorme Dragón Negro dejó salir un rugido furioso mientras que sus dos enormes alas comenzaban a batirse vigorosamente. Eso emanaba una terrorífica presión, causando que todos, incluido Hillman, sintiesen que sus piernas se volvían suaves, además de no poder respirar.

—¿Es este el miedo a los dragones?

Linley sentía como su corazón estaba siendo aplastado por una enorme roca, haciéndole imposible respirar. Sin embargo, Linley se sentía extremadamente emocionado, y su sangre estaba comenzando a hervir.

El Dragón Negro era simplemente demasiado poderoso.

—¡Rudi! ¡No lances tu vida por la borda! —ese hombre de túnica verde repentinamente lanzó un poderoso grito. El sonido explosivo de sus palabras reverberó en el aire como si fuesen truenos. Eso hizo que no solo Hillman escuchase esas palabras claramente; cada persona en el pueblo de Wushan las escuchó claramente.

Hillman se detuvo. Él murmuró las palabras: —¿Rudi? ¿Rudi?

Pero Hillman rápidamente se dio cuenta de lo que estaba a punto de pasar. Rápidamente giró, y gritó ferozmente a todos los niños: —¡Todo el mundo vaya a casa ahora! ¡Vayan a casa y escóndanse! ¡AHORA! —el grito de Hillman y su expresión de urgencia paralizaron a todos los niños presentes.

El proceso de pensamiento de Hillman era muy claro.

Esos combatientes de nivel Santo obviamente estaban enfrascados en algún tipo de disputa. Aparentemente, estaban a punto de llegar a los golpes.

Cuando los combatientes de nivel Santo iniciasen la pelea, los niños ahí de pie viendo no serían capaces de protegerse por nada del mundo. Las más pequeñas ondas de poder podrían matar a todos los niños presentes. Los combatientes nivel Santo tenían la fama de tener el poder para destruir los cielos y arrasar la tierra.

Incluso si esa reputación estaba ligeramente exagerada, ellos definitivamente tenían el poder para arrasar una ciudad o una gran montaña.

—Rápido muévanse. ¡No se queden parados, muévanse! —gritó fuertemente mientras los empujaba alejándolos.

Solo en ese momento el resto de los niños despertaron de su estupor. A pesar de que no entendían por qué Hillman los estaba empujando para que regresasen a sus casas ya que querían continuar viendo a los combatientes de nivel Santo, la presencia aterradora de Hillman era suficiente para enviar a todos los niños corriendo a sus casas.

—Lorry, Roger, rápido, tomen a los niños de seis y siete años y llévenlos a sus casas. ¡Rápido! Si los combatientes nivel Santo chocan, cuando los efectos secundarios de su conflicto nos alcancen…—el rostro de Hillman estaba lleno de urgencia.

—¡Entendido, Capitán! —Lorry y Roger entendían completamente lo que su capitán estaba pensando.

Lorry y Roger se giraron inmediatamente y levantaron a los niños que eran lentos corriendo. Ellos llevaban a dos en cada brazo y a dos en sus espaldas también. Hillman se unió a ellos, comenzando rápidamente a tomar niño tras niño.

—¡Linley, ve a casa rápido! —gritó Hillman, cargando a muchos niños. Él también estaba corriendo.

—¡Lo sé, tío Hillman! —respondió Linley fuertemente.

A pesar de que Linley tenía ocho años, su velocidad al correr estaba a la par con los de catorce años. Mientras corría, a menudo giraba para mirar hacia el cielo. Ese enorme Dragón Negro enrollado y esos dos combatientes de nivel Santo habían atrapado completamente su atención.

Doce guerreros salieron corriendo desde la Mansión del clan Baruch. Tan pronto como vieron a Hillman, ellos gritaron: —¡Capitán, el Señor Hogg nos ordenó que viniésemos a asistirlo! 

—¡Rápido, lleven a esos niños a casa! —ordenó Hillman inmediatamente.

—¡Sí, Capitán!

Los guerreros respondieron rápidamente, y al mismo momento comenzaron a enviar a los niños de seis y siete años a sus casas.

—¡Todos ustedes, vayan a casa! ¡Vayan a casa y escóndanse! ¡Protéjanse a sí mismos! —gritó de nuevo.

Hillman poseía una gran autoridad en el pueblo de Wushan. Al escuchar sus palabras, muchos de los aldeanos que estaban aterrorizados al ver al Dragón Negro supieron inmediatamente qué hacer. Justo en ese momento, todo el pueblo de Wushan se había convertido en un frenesí de actividades. Todos los niños y todos los trabajadores volaron a sus casas. En ese punto, la única cosa que podía protegerlos era la robusta roca de sus casas.

Linley cargó directamente dentro de su propia residencia.

—Rápido, escóndete en la bodega debajo del almacén.

Hogg estaba de pie en el medio del patio. Al ver a Linley, de inmediato le ordenó. La bodega debajo del almacén esa era la más grande y robusta bodega dentro de la mansión del clan Baruch. Cualquiera que se escondiese ahí definitivamente sería capaz de sobrevivir.

—¡Sí, padre! —Linley asintió repetidamente, y de inmediato corrió en dirección al almacén.

Mientras corría lo más rápido que podía, la mente de Linley regresó al Dragón Negro, su jinete de túnica gris, y al hombre de túnica verde. Él no pudo evitar girar de nuevo y mirar hacia atrás al cielo del este. Ya que todos los edificios en la pequeña aldea eran bajos en altura, Linley podía ver claramente a cientos de metros.

Justo en ese momento, el Dragón Negro estaba gruñendo en voz baja sin parar.

—Dillon, si vas a ser tan terco sobre esto, entonces no me culpes por mis acciones —una fría voz emanaba del cielo. Inmediatamente después, el Dragón Negro comenzó a lanzar una serie de furiosos rugidos y lanzó un humo negro desde su boca.

—¡Rudi, hoy voy a ver exactamente cuan poderoso eres como mago de nivel Santo! —gritó furiosamente el hombre de túnica verde.