Infierno Helado, dentro del palacio de Lobo de Cielo.
Lobo de Cielo miraba ansioso a su sirvienta, lleno de esperanza, mientras ella probaba el acceso al universo virtual.
—He estado detenido aquí por una cantidad infinita de tiempo —gritó Lobo de Cielo—. Esto decidirá si puedo salir o no — Lobo de Cielo de pronto se volvió agresivo, un vistazo a su verdadera naturaleza—. Tiene que conectarse. ¡Tiene que!
El tiempo pasó, Lobo de Cielo sintió que habían pasado siglos. La sirvienta abrió los ojos.
—¿Está hecho? —dijo Lobo de Cielo.
—Sí maestro —respondió respetuosamente la sirvienta—. Alguien acaba de responder.
—¿Alguien respondió? —dijo Lobo de Cielo.
Lobo de Cielo tembló, su sangre se calentó. Nunca había estado tan emocionado desde que empezó su encierro.
—¡Genial! ¡Genial! —aulló Lobo de Cielo. El sonido llenó todo el palacio.
— Lobo de Cielo —dijo Luo Feng.