A pesar de que no dijeron nada, abrazando a su esposa, él podía sentir su calor, sus almas se conectaron y podían sentir los pensamientos en uno del otro.
Luo Feng podía sentir la forma en que lo había extrañado y lo amaba.
Xu Xin podía sentir su culpa y su dolor.
Gradualmente, ambos disfrutaron del silencio entre ellos y de su calor.
Después de un tiempo.
—Feng, no nos hagas preocupar, ¿entiendes? —dijo ella mirándolo—. Yo sé que estás explorando el universo, y muchas cosas no están bajo tu control. El camino de un guerrero es extremadamente peligroso, pero… trata de no entrar a regiones peligrosas.
—Entiendo —dijo Luo Feng asintiendo, gentilmente tocaba su cabello—. ¿Qué opinas del emperador Jian Ta de la familia Luo Si?