Él ni siquiera podía pensar, su alma estaba a punto de romperse.
Solo un pensamiento…
Forzaba a su alma a mantener su forma, el único pensamiento que sobrevivía…
…
—Todavía estás peleando, tu alma ya está desmoronándose —dijo Pu Ti con un suspiro—. Hijo, estás demasiado cansado, ríndete.
Con el increíble poder de un maestro del universo, él vio el estado del alma de Luo Feng, empezó a preocuparse por este hijo.
—Ya pasaste 6.000 años luchando, pero solo viviste los últimos 10.000 años.
—Eres demasiado joven.
—Todavía un niño… —dijo sacudiendo la cabeza. Él era el primer lacayo del gran ser. Desde los tiempos más antiguos, él había seguido al gran ser por todo el universo, él había vivido una vida increíblemente larga. Ante sus ojos, la vida de 1.000 eras del señor de sector era apenas madurez.