Un disco negro voló sobre el continente principal. Luo Feng levantó dos copas de vino en la sala de control.
—Noche, Tigre Perforador.
—A pesar de que quise salvarlos a los dos, no tenía la fuerza —dijo suavemente Luo Feng—. La maldad del universo hizo que dos guerreros caigan y el más fuerte sobreviva. Espero volverlos a ver en el futuro.
—True Yan y el líder de la Ciudad Primigenia del Caos me dijeron antes, hay peligros en todos lados. Uno siempre debe tener cuidado. En ese entonces, el maestro del planeta Yun Mo, Yan Bo, le dejó una frase final a Babata para que me la diga, que siempre respete al universo y nunca sea arrogante —Luo Feng suspiró—. Eso fue dicho desde la experiencia.
—Yo pensé que… un emperador pináculo estaría absolutamente a salvo en el Continente Yan Ji.
—Yo pensé que… un emperador límite estaría a salvo en toda la guerra de las regiones externas.
—Yo pensé que… poder teletransportarse haría imposible morir.
