Una espada aparentemente normal y enorme cortaba el espacio y en un abrir y cerrar de ojos golpeó las alas plateadas. La bestia de cuernos dorados estaba cubierta por las alas como si fuera un huevo plateado… las alas protegieron a la bestia completamente, no dejaron una sola abertura.
Estruendo…
La bestia fue empujada hacia atrás. La gran cantidad de líneas púrpura que sujetaban a la bestia tuvieron que soltarla, algunas se rompieron por la poderosa fuerza. La bestia se volvió un haz de luz al volar hacia atrás.
Después de volar por cientos de miles de kilómetros, recién ahí abrió las alas.
Su boca tenía un poco de sangre dorada, sus ojos oscuros brillaban con locura. Las alas habían disipado más del 90% de la fuerza, la armadura de general disipó otro 90% de la fuerza que quedaba. A pesar de que ambas cosas bajaron la fuerza del ataque, la fuerza que quedaba era apenas una milésima del original, aun así, hirió a la bestia.