La montaña del Cielo Primordial tenía más de 10,000 li de altura y era majestuosa y maravillosa. Era un espacio especialmente abierto por el universo virtual, y era la montaña más alta aquí. Un rayo de luz se detuvo al pie de la montaña. Era Luo Feng, que llevaba una barra larga dorada oscura en su espalda.
—¿Ah?
Luo Feng miró hacia adelante. Allí había un hombre toro alto y robusto con cuernos en la cabeza, y junto a él había un hacha enorme y aterradora. Sus ronquidos sonaban como un trueno, y tenía saliva babeando de su boca, fluyendo por su rostro lleno de piel, aterrizando en las piedras negras junto a él. Ese hombre toro pareció darse cuenta de algo y abrió los ojos con curiosidad. Miró a Luo Feng y se levantó de inmediato, riendo a carcajadas:
—¿Estás aquí para la montaña del cielo primordial?
— Sí.
Luo Feng asintió.
— Jaja, hay alguien finalmente aquí para jugar conmigo.