La música fluía en todos los rincones de la sala. Camareros guapos y hermosas camareras servían vino fragante y comida. En la sala, todo tipo de personas famosas charlaban entre sí.
—Viejo Li, ¿por qué te escondes aquí solo? —dijo una voz profunda. Un hombre alto, de mediana edad vestido de traje sonreía y se acercaba.
Li Da Wei miró y no pudo evitar reír: —Sí, Zhong, aunque eres un gran alcalde, seguro que llegaste temprano hoy.
—Todos nuestros viejos amigos están reunidos aquí por una vez, así que, ¿cómo no puedo llegar temprano? —respondió el corpulento hombre sonriendo.