¡Exterminar!
En el momento en que el Río Duan Dong dio esta orden, todos los grandes seres de las tres épocas de reencarnación y las dos Tierras Santas reunidos en el corredor de la vida y la muerte sintieron un temblor en sus corazones. Aparte de la Alianza de Hong, todos los demás grandes seres sintieron un aumento de la ansiedad, la rabia, la renuencia, y muchas otras emociones. Los largos años de estudio les habían llevado a la creencia de que el mero hecho de pasar uno o dos años más estudiando no era una gran ventaja. Por lo tanto, Luo Feng no constituiría una gran amenaza.
Lo que no esperaban era que el primero en alcanzar el requisito básico fuera Luo Feng.
Los grandes seres estaban llenos de rabia y ansiedad.
—Grandes problemas.
—Esta es una situación terrible.
—¡Ese repugnante humano! Detestable. El Maestro Origen nos ha ordenado confiscar esa herencia a toda costa.
