En un planeta habitado dentro del dominio humano.
Un humano anciano de piel verde y joroba que tenía una antena en la cabeza estaba parado en un callejón de una ciudad ajetreada, hablando con un humano joven borracho.
El humano anciano dijo con voz ronca: —Hijo mío, eres tan joven, tan lleno de vitalidad. Tienes un futuro brillante por delante. ¿La ausencia de espíritu de batalla es tal que bebes hasta el estupor?
El humano joven se encorvó contra la pared sentado en el suelo, sus ojos estaban llenos de pesar. Sacudió la cabeza y dijo: —Desesperanza. Toda la esperanza me abandonó. Di vueltas y vueltas al asunto de como contribuir, pero ellos son simplemente demasiado fuertes. En esta ciudad, puede que no sean los más fuertes, pero todavía están en un nivel diferente al de las personas ordinarias de clase baja como yo, estamos desamparados. Han estado jugando con mis sentimientos, molestándome sin matarme. Para ellos soy solamente un juguete.