¡Awooga!
Un cuerno profundo sonó en el lado norte de la Fortaleza de Orida.
Boom, boom, boom.
Hubo explosiones rítmicas, y el suelo comenzó a temblar. Veinte grandes demonios de más de 90 pies de altura salieron del Bosque Negro. No solo eran altos, sino que también eran extremadamente musculosos. Cada uno era como una montaña de carne. Su fuerza era aterradora también.
El humo rojo negruzco continuaba saliendo de sus cuerpos. Solo tenían un ojo, y un rayo láser rojo de tres metros de largo salió disparado de él.
—¡Es el demonio de la montaña de un ojo!—Gritó alguien.