Pueblo Hoja de Pino, Calle Piedrazul, Número 92.
Esta era una villa abandonada hecha de piedra. El jardín de la puerta estaba infestado de maleza y se encontraba en ruinas. Las paredes exteriores de la villa estaban llenas de enredaderas y musgo. Cuando Link, vestido como mensajero, llegó a este lugar, unos cuantos perros callejeros asomaron sus cabezas desde el patio y ladraron ferozmente.
Lo único peculiar era buzón el que estaba en perfecto estado al lado de la puerta.
Link no se quedó por mucho tiempo. Sacó un sobre de cuero y lo metió en el buzón antes de irse. Siguió caminando tres cuadras antes de entrar bruscamente en un callejón. Nana se quedó inmóvil, esperándolo mientras lanzaba un hechizo Sin Rastros.
—¿Hay alguien siguiéndome? —preguntó Link. No sentía la presencia de alguien detrás de él, aunque tenía que preguntarle a Nana por si acaso.
—Nana tampoco vio a nadie —dijo Nana.