En el mundo interior, en un suburbio lejos de la ciudad, había una villa baja en ruinas y en ruinas casi completamente invadida por plantas.
Este fenómeno no se limitaba simplemente a las paredes exteriores, incluso las paredes interiores y el suelo estaban cubiertos de enredaderas de varios colores.
Fue en este lugar desierto y deshabitado donde emergió de repente una figura.
En apariencia, esta figura se parecía bastante a un humano alto y corpulento. Una túnica negra pura cubría su cuerpo, ocultando su forma por completo.
La figura caminó lentamente hacia el costado de un edificio de poca altura, luego se volvió hacia la pared infestada de enredaderas antes de quitarse la capucha de su túnica.
La cara que se reveló, más precisamente, las cuatro caras reveladas, pertenecía a uno de los seis señores supremos del mundo interior, el individuo de cuatro caras.
