Lin Huang y el resto siguieron al vicegobernador Heo Tao a la ciudad. Las puertas de la ciudad permanecieron cerradas como lo estaban por la mañana. Sin embargo, no fueron detenidos por la guardia inmortal honoraria esta vez. En lugar de eso, He Tao llevó a Lin Huang y al resto a la residencia del gobierno como él deseaba.
Él llevó a algunos de ellos directamente a la sala de reuniones.
Había dos gobernadores sentados con toda seriedad en el salón de reuniones. Estaban tomando té y ni siquiera se molestaron en mirarse.
Para Lin Huang y el resto, los dos se veían exactamente iguales. No parecía haber diferencia entre ellos.
Tenían ojos grandes, cejas gruesas y bigote. Tenían el mismo tamaño y altura del cuerpo. Incluso la forma en que bebían su té era la misma.
—¡Están aquí!
Al ver a Lin Huang y a los demás, ambos se levantaron casi al mismo tiempo para saludarlos.
